lundi 19 avril 2021

19 de mayo de 1939. El desfile de la victoria. Por José Luis Díez Jiménez---- El origen de los Almogávares, el ejército de aragoneses y catalanes que conquistó Atenas.!!!! "Isabel Barreto, adelantada del Mar Océano.-

19 de mayo de 1939. El desfile de la victoria. Por José Luis Díez .-

HISTORIA
JOSÉ LUIS DÍEZ JIMÉNEZ - 19 MAYO 2021

    



 



Sin entrar a valorar la ideología que cada uno tenga, la verdad irreversible es que tras la lectura del último parte oficial de guerra leído el 1º de abril de 1939, no solo se anunció el final de la Cruzada de Liberación Nacional 1936-1939, sino que marcó el comienzo de una nueva etapa que hizo a nuestra Patria resurgir de sus escombros para llenare, poco a poco, bajo la paz lograda por Franco, de planes de desarrollo y bienestar social. Realidad objetiva y sin paliativos que no han sabido digerir los mismos que hoy quieren tergiversar la Historia.

       Trascurrido más de un mes y en la noche del 18 mayo 39, Madrid se engalanó de fiesta con afluencia de símbolos del Movimiento Nacional, resaltando los retratos de Franco y Jose Antonio. Los balcones adornados con la bandera nacional, y en lo alto de la Telefónica un escudo gigante del Jugo y las flechas pleno de luz, que competía radiante con la multitud de luces encendidas por los fuegos de artificio.  Era el anuncio del último acontecimiento militar de la Guerra, el gran desfile militar de la Victoria en Madrid por el Ejército del centro ante su excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo de los ejércitos nacionales.

        En la madrugada del día 19 de mayo se anunció con la puesta en libertad de miles de palomas y el repique de campanas en todos los templos de España anunciando el gran desfile de la Victoria, que fue concebido como la gran entrada de Franco en Madrid. El objetivo de las Guerra conseguido al cabo de tres años triunfales. Este fue el gran acto de exaltación del Caudillo.

       El Caudillo en compañía del General Saliquet y escoltado por la Guardia Mora atravesaba Madrid entre las aclamaciones de una multitud que desde la madrugada invadía las calles de la capital. Mientras Fernando Fernández de Córdoba, la voz de la Victoria, declamaba por Radio Nacional de España el poema “Ya viene el cortejo” de Manuel Machado.

       A su llegada a la tribuna presidencial situada en la Castellana, era una magnifica construcción que representaba un arco bajo el que se encontraba un tapiz con el Águila de San Juan, coronado por la palabra VICTORIA, y en cuyos laterales estaba escrito por seis veces la palabra FRANCO. Bajo el arco y en un palco sobresaliente en el que estaba colocado un Victor. A los acordes del himno Nacional se colocó el Generalísimo, vestido con uniforme militar, camisa azul y boina roja con las insignias de Capitán General, en compañía del General Gómez Jordana, Vicepresidente del Gobierno, que dio lectura al Decreto por el cual se concedía al Caudillo la Gran Cruz Laureada de San Fernando, la mayor condecoración militar de España. Tras la lectura, el bilaureado General José Enrique Varela Iglesias, después de unas palabras, impuso a Franco la máxima condecoración al valor militar que le había concedido el Gobierno.

        Más de doscientos periodistas extranjeros estaban allí acreditados para presenciar el desfile, ocupando una tribuna frente a la del Generalísimo.

      Comenzó el gran desfile, que duro cerca de seis horas. A la cabeza del Ejército del Centro va su General en Jefe, Don Andrés Saliquet junto a su Estado Mayor, seguido por el Cuartel General y Unidades a pie y motorizadas con el General Gambara; y tras ellos los Viriatos portugueses con su Capitán Nunes de Oliveira. A continuación los representantes de la Marina, Carros de Combate, Batallones de Esquiadores, Escuadrones de Caballería, Banderas de Falange y Requeté, Enlaces Motorizados, Escuadrones de Policía e Ingenieros, la Legión Condor, Baterías de Artillería y Aéreas, Cañones Antitanques, la Infantería mejor del mundo, Compañías de ametralladoras, motocicletas, coches y camiones, todos los Servicios de la guerra, todos los Cuerpos y Armas debidamente representados; También desfiló el Jefe de las Brigadas de Navarra, General Solchaga, engalanado de banderas españoles, seguido del General García Valiño, los Tabores de Regulares, y volando sobre ellos, nuestros aparatos , vencedores en tantos combates, escriben en el cielo con letras de aviones el grito que se escapa de todas las gargantas. Franco, Franco, Franco.

      Toda la Capital de España fue un orgullo y homenaje a Franco y un recuerdo a cuantos cayeron por Dios y por España.

      Terminado el solemne acto, el Generalísimo recorrió en coche abierto las avenidas y las plazas, recibiendo las incesantes ovaciones de un pueblo agradecido. Momentos después el Caudillo decía a todos los españoles, cuando aún se oía el paso firme de los soldados. “Los laureles de la Victoria no se marchitarán jamás”.

      El Desfile de la Victoria de 1939 no fue una celebración por que sí, ni un acto vacío y carente de sentido, sino el reflejo de la España poderosa que renacía. Los Nacionales acababan de ganar la guerra, sí, había motivos para celebrarlo, sí, y todo apuntaba a un significado mayor y más profundo, porque el triunfo sobre el comunismo indicaba el camino, en comunión de entusiasmo, de lo que sería la Patria si cada español se hacía digno en su vida profesional y social de su consagración a la España eterna.

     Y hoy, en el 82 aniversario del Desfile de la Victoria, que se celebró en Madrid para conmemorar el final de la guerra de 1936-39, creemos oportunísimo, recordar los actos verídicos que cerraron formalmente aquella contienda, y visionar ese grandioso Desfile de la Victoria, pulsando el presente enlace.-----

Andreu Nin, el marxista incómodo para la izquierdaCon Negrín al frente, se organizó un complot para acabar con el líder del POUM, que fue arrestado por el servicio secreto soviético, NKVD, junto a la plana mayor. del partido. Terminaron matandolo, fue desollado vivo.-----Andreu Nin tradujo del ruso al catalán clásicos como "Ana Karénina" y "Crimen y castigo"
Andreu Nin tradujo del ruso al catalán clásicos como "Ana Karénina" y "Crimen y castigo"AGUSTIÚLTIMA ACTSi hay un nombre tabú para la izquierda española ese es el de Andreu Nin. Nació en El Vendrell el 4 de febrero de 1892. Es uno de los personajes más importantes del marxismo revolucionario en España. En 1919 ingresó en la CNT. En 1921 asistió como delegado de la CNT para asistir al tercer congreso de la Internacional Comunista y al congreso fundacional de la Internacional Sindical Roja. En Moscú, colaboró con Trotski para oponerse al ascenso de Stalin dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética. Tuvo que abandonar Rusia en 1930.---------------

En 1931, fundó la Izquierda Comunista de España en Barcelona y, al año siguiente, fusionó su partido con el Bloque Obrero y Campesino para formar el POUM e intervino en los sucesos de octubre de 1934. Al estallar la guerra se convirtió en el máximo dirigente del POUM, siendo nombrado conseller de justicia hasta diciembre de 1936. Su cese se debió a las presiones comunistas. En diciembre de 1936 el Comintern dio la siguiente instrucción al PCE: “Suceda lo que suceda, hay que conseguir la destrucción final de los trotskistas”.

El POUM fue fundado el 20 de septiembre de 1935 gracias a la unificación del Bloc Obrer i Camperol y Esquerra Comunista. Sus principales líderes fueron Joaquín Maurín Julia, Andreu Nin Pérez, Julián Gómez García, alias “Gorkin”, Pedro Bonet Cuito, Juan Andrade Rodríguez y Jorge Arquer Saltó. El objetivo del POUM era la instauración transitoria de la dictadura del proletariado a través de la insurrección armada, la unidad sindical, y la fusión del PSOE y el PCE. Estaban más cerca de Trotski que de Stalin.

A medida que las tensiones anti-trotskistas se hicieron más evidentes, incitadas por el PCE y el PSUC, y tras los sucesos de mayo de 1937, Nin fue detenido por la policía política soviética a las órdenes de Stalin. Trasladado a Valencia y posteriormente a Madrid, fue torturado y asesinado por orden del general Alexander Orlov, en Alcalá de Henares el 20 de junio de 1937. ¿Por qué lo asesinaron? Les molestaba.

Andreu Nin es uno de los personajes más importantes del marxismo revolucionario en España. En junio de 1937 hubo un cambio ministerial. Francisco Largo Caballero es sustituido por Juan Negrín. El primero se negaba a ilegalizar el POUM de Nin. Por eso Negrín tomó las riendas del país. Con Negrín al frente, se organizó el complot para acabar con el líder poumista. Los agentes de NKVD, servicio secreto soviético, detuvieron a la plana mayor del POUM. A Andreu Nin lo trasladaron a Madrid. En realidad no tenían nada para inculparlo. Tampoco les importó. Lo acusaron de ser un agente nazi al servicio de Franco. Le dieron una brutal paliza para que confesase. Andreu Nin no dijo nada. Lo molieron a palos hasta darlo por muerto.

Al ver que no moría, se lo llevaron a un garito donde las Brigadas Internacionales solían depurar a los antifascistas que no rendían culto a Stalin. Según un agente soviético fue desollado vivo. Se dijo que un grupo de la Gestapo había entrado en Madrid y se había llevado a Andreu Nin a Burgos. Era un traidor y por eso debía morir. La verdad era muy diferente. Andreu Nin nunca traicionó sus ideales. Desde hace setenta años su cuerpo ha estado presuntamente enterrado en una fosa de Alcalá de Henares.-----Fue torturado y asesinado por orden del general Alexander Orlov

El comunista Jesús Hernández, que fuera ministro durante la Guerra Civil, explica sobre la desaparición de Andreu Nin: “En la calle de la España leal y en el mundo entero arreciaba la campaña exigiendo el conocimiento de su paradero y su liberación. No podía prolongarse durante mucho tiempo esa situación. Entregarlo con vida significaba una doble bandera de escándalo. Todo el mundo hubiera podido comprobar los espantosos tormentos físicos a que se le había sometido; y, lo que era más peligroso, Nin podía denunciar toda la infame trama montada por los esbirros de Stalin en España. Y los verdugos decidieron acabar con él”.

Nadie creyó que Nin fuera espía. Ni Manuel Irujo, ni Indalecio Prieto, ni Lluís Companys. Este último declaró: “La opinión pública catalana no puede creer que Nin sea un espía fascista”. Sin embargo, fue acusado, torturado y asesinado por esta injuria.

La acusación de que los miembros del POUM eran rebeldes a la causa republicana es, a todas luces, la página más negra escrita contra sí mismo por el PCE. Se hicieron cómplices de los servicios secretos soviéticos y, hasta la fecha, no han pedido perdón por el crimen cometido contra Andreu Nin. Es más, el exconseller Joan Saura (impulsor del memorial democràtic catalán) llevó la hipocresía a niveles de insultar nuestra inteligencia. Interesado exclusivamente por los represaliados del franquismo, nunca pedido disculpas por el asesinato de Andreu Nin, ni por las miles de personas que fueron asesinadas en las checas !!!!! barcelonesas











A principios del siglo XX, los políticos griegos todavía seguían maldiciendo la presencia de los almogávares, seis siglos antes, en tierras griegas. Posiblemente olvidando que fueron llamados por ellos mismos, para sacudirse de encima a los turcos en las horas más bajas del Imperio Bizantino. Ni salvadores de un Imperio, ni los más terribles guerreros. Seguro que en el término medio entre las fuentes bizantinas y las basadas en Ramón Muntaner, uno de los protagonistas almogávares que dejó sus memorias escritas. Hallamos la verdad de este sorprendente ejército de catalanes y aragoneses, que fundaron los ducados de Atenas y Neopatria.

La obra de Ramón Muntaner.

La obra de Ramón Muntaner.

El origen de los almogávares.

Desde que, en el siglo XVII, Francisco de Moncada, despertará el interés de la historiografía hispana por el ejército almogávar, han sido varios los principios asignados al mismo. Algunos se han atrevido a asignar un origen visigodo, debido a las vestimentas con las que nos han sido descritos, que se asemejan más a los pueblos bárbaros germanos que a soldados medievales.

Dicho origen ha sido descartado, ya que, de ser así estos grupos se hubieran también encontrado en lugar de huida de los visigodos tras la invasión musulmana, es decir en la cordillera Cantábrica. Por lo tanto, su origen parece ser mucho más sencillo y lógico de lo que podamos pensar, además de coincidir con el nacimiento del Reino de Aragón, es decir tres siglos antes de los hechos por los que son conocidos. El carácter conquistador del recién nacido reino cristiano, ofreció una serie de oportunidades que los rudos hombres de las montañas debían de aprovechar. La llegada de Alfonso I el Batallador expandió los territorios aragoneses desde los Pirineos al Sistema Ibérico, una enorme extensión de fronteras totalmente desprotegidas, debido principalmente a dos premisas: la escasa fuerza militar y las dificultades fronterizas debido a las agrestes montañas.

Pues bien, una serie de hombres parece que se dedicaron por su cuenta, riesgo, y en especial beneficio, a la protección de dichas fronteras. Las vestimentas con las que han sido descritos y su forma de luchar han ayudado a pensar en su pasado común. Su zamarra de piel, que solo abandonaban en los rigurosos climas veraniegos, sus piernas protegidas por calzones de cuero, o las abarcas para trepar por los terrenos más montañosos, son el mejor indicador de un pasado pastoril. Las duras condiciones de vida de las montañas pirenaicas labraron a los almogávares aragoneses y catalanes. La nueva forma de vida que le ofrecía la conquista de territorios, les abrió la puerta a vivir del pillaje y saqueo de las localidades fronterizas andalusís. No se sometieron en un principio, ni a reyes, ni a nobles o villas, rechazando en todo momento vivir en servidumbre. El nombre por el que son conocidos, fue dado por las propias víctimas musulmanas, ya que el vocablo árabe al-mogavar significa “el que hace algaradas”
Vestimenta de un soldado almogávar.

Vestimenta de un soldado almogávar.

Si bien en un principio fueron los pastores pirenaicos catalanes y aragoneses, dicha forma de vida comenzó a atraer a nuevos personajes a la historia de los almogávares. Entre ellos los propios musulmanes de los nuevos territorios conquistados, que a buen seguro habían sufrido en sus carnes el asedio de los almogávares, y que ahora se decidían a incorporarse a esa vida, antes de huir a nuevos horizontes. También los navarros en un menor número, tras un evidente contacto con los aragoneses debido a la historia compartida. Por último, destacar a los valencianos y mallorquines de los territorios que fue conquistado la Corona de Aragón.

El ejército almogávar.

En este entorno fueron creado su particular ejército. Su forma de lucha normalmente fue a pie. Aunque tras unos años en Grecia y amplia experiencia en combate, según el propio almogávar Ramón Muntaner, empezaron a montar a caballo, pero cuando llegaban al lugar de encuentro con las huestes enemigas se bajaban del mismo, porque solo sabían luchar así. También fueron confeccionado su propio armamento lo más acorde posible a su sistema de vida descrito. Lo mismo que usaron para el pillaje y saqueo, saliendo a toda velocidad para huir al refugio de la montaña o luchando cuando eran alcanzados por lo veloces hombres a caballo, usaron a lo largo de su historia contra los pesados ejércitos medievales.


Recorrido por el mediterráneo de los almogávares.

Recorrido por el mediterráneo de los almogávares.

Para vencer a estos últimos, usaron el mismo sistema aprendido durante años de pillaje en las montañas. Tanto el factor sorpresa, como el aprovechamiento del terrero necesitaban de uniformes y armas ligeras de peso. De ahí que prácticamente no usaran protecciones, ni cota de malla, ni corazas, ni enormes escudos. Más bien un pequeño escudo para protegerse del cuerpo a cuerpo, armas arrojadizas como dardos, o una pequeña lanza denominada azcona y un gran cuchillo afilado con gran precisión. No les importaba matar antes al caballo, que al caballero, ya que este a pie era presa fácil para un almogávar.

Almogávares con la bandera de Aragón.

Almogávares con la bandera de Aragón.

Destacar, por último, que la estructura del ejército almogávar era bien sencilla. Tres únicas categorías, soldado raso (almogávar), sargento (almocadén) y capitán (adalid), aunque para pasar de una a otra se necesitaba más de media vida, y amplia experiencia en combate. No les importaba, cuando debieron acudir como mercenarios a los grandes ejércitos medievales, ponerse a las órdenes de un señor noble, eso sí, de demostrada experiencia en combate.


Este ejército no pasó desapercibido para los reyes aragoneses, parece ser que ya Alfonso I el batallador los usó para conquistar Zaragoza. Pero lo que no queda duda es de su participación a las órdenes de Jaime I, en la conquista del reino musulmán de Valencia a partir de 1229. Así como tampoco de una de sus victorias más sonadas, en la conquista de la isla de Sicilia, a las órdenes del sucesor de Jaime I, su hijo Pedro III.

Roger de Flor, comandante de los almogávares entrado en Constantinopla.

Roger de Flor, comandante de los almogávares entrado en Constantinopla.

Si algún aspecto destacó del ejercito almogávar fue su extraño sentimiento de pertenecía a la Corona de Aragón. Un apartado curioso, ya que hombres libres, que lucharon como mercenarios al servicio del mejor postor, no olvidaron nunca su grito de guerra antes de comenzar la batalla. ¡Aragón! ¡Aragón!, combinado con el del patrón ¡San Jorge!, y sin olvidar el célebre ¡Desperta ferro!, con el que iniciaban la batalla tras hacer saltar chispas de sus afilados cuchillos. Ni siquiera en su conocida conquista de Atenas olvidaron su origen aragonés. Antes de partir a su misión más importante; la llamada de auxilio del emperador bizantino Andrónico II, ante el avance de los turcos hacia Constantinopla, hicieron prometer que nadie les obligaría a avanzar detrás de una bandera que no fuera la de la Corona de Aragón.

  "Isabel Barreto, adelantada del Mar Océano.-


Mujeres en la historia de España:

A lo largo de la historia de España han aparecido mujeres con un gran protagonismo, poniendo su grano de arena en los cimientos de su patria. Y siempre sumando, a su forma, de manera callada o atronando los cañones, esgrimiendo espadas o pronunciando discursos, defendiendo la plaza o investigando en un laboratorio.  Científicas, aventureras, políticas, escritoras, artilleras, infantes de marina e, incluso, almirantes de la mar océano.

Y si tenemos que destacar una época donde la mujer adquiere gran protagonismo es durante la exploración y conquista del continente americano. Según los datos, solo en el siglo XVI viajaron más de 10.000 mujeres al nuevo mundo, rumbo a la aventura con un objetivo muy claro. Siempre importantes. 

La empresa americana no fue solo bélica, comercial o evangelizadora, sino también, y en gran medida, colonizadora. Y es ahí donde tiene un gran papel la mujer pues los hombres casados no podían viajar solos. Así, la mujer acude a constituir familias, como piedra angular para fundar colonias, a imagen y semejanza de las ciudades españolas. Desempeñan con holgura su misión, asumen cargos y son fundamentales para el éxito de la misión.

El Virreinato del Perú:

A ese grupo de mujeres valientes y decididas, pertenecía Isabel Barreto que, incluso, se le puede encuadrar entre los grandes exploradores, por sus hazañas y venturas. Isabel nace, probablemente, en Pontevedra, en 1567, y pronto se traslada, junto a su familia, a Lima, en el Virreinato del Perú. Según los investigadores, sus padres eran Nuño Rodríguez Barreto y Mariana de Castro, naturales de Lisboa.

En 1585, con tan solo 19 años, acuerdan su matrimonio con Álvaro de Mendaña, que tiene 44. He de decir que D. Álvaro tenía fijación por la exploración y conquista de nuevas tierras y ya había estado en una expedición por el pacífico hasta descubrir las Islas Salomón. Viaje que se inició el 20 de noviembre 1567 y fue encargado a Mendaña por su tío, Lope García de Castro gobernador de la Audiencia en el Virreinato.

Aquella primera expedición, con los navíos “Los Reyes” y “Todos los Santos” no encontró oro, pero sí contribuyó a explorar numerosas islas, amén de poner toda la atención en aquel nombre: “Las Islas Salomón”. Y desde entonces, desde que arribó a Acapulco, Mendaña tenía la fijación en organizar una segunda aventura, para seguir colonizando y explorando.  Le costó 25 años organizarla. 

Las Islas Salomón:

En 1574, Álvaro de Mendaña firma unas capitulaciones con la corona mediante la cual esta autorizaba una nueva expedición a las Islas Salomón, naturalmente financiada por el interesado, con la recompensa de obtener el cargo de Gobernador de la zona nueva, además de las riquezas que encuentre, amén del quinto real. La segunda empresa ya tenía la autorización del rey.

Y fue el nuevo virrey del Perú, García Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, quien patrocinó la nueva expedición gracias a la influencia de Isabel Barreto, la joven mujer de Mendaña. Es curioso observar como en la dote de aquel matrimonio se incluyeron el navío Santa Isabel y pertrechos para iniciar la ansiada navegación hacia las Islas Salomón. El objetivo era establecer una colonia en aquellos lugares para evitar que los piratas ingleses encontrasen refugio.

Isabel era una mujer alejada de los cánones de aquella época. A pesar de que pertenecía al nivel alto de la sociedad y de que Lima era una ciudad floreciente, donde se podía quedar para criar a sus hijos o hacer vida social y ociosa, alejada del mundanal ruido, decidió embarcarse, junto a su marido, en aquella nueva expedición. Isabel era transgresora, aventurera y atrevida.

Colonizando las nuevas tierras:

Mendaña había convencido a mercaderes y colonos para participar en la aventura, 400 personas en total, incluidas mujeres y esclavos dispuestas a fundar una colonia. E Isabel se embarcó, junto a sus tres hermanos, rumbo a lo desconocido, rumbo a la gloria o a la muerte. El piloto mayor y capitán de la nave capitana era el portugués Pedro Fernández Quirós y los cuatro barcos eran: el San Gerónimo, el Santa Isabel, el San Felipe y el Santa Catalina. 

El 16 de junio de 1595, desde el puerto del Callao, parte la nueva expedición con el objetivo marcado en el cuaderno de bitácora. El bautizo de las islas marquesas, el avistamiento de las islas Cook y la llegada al archipiélago de Santa Cruz, al sur de las Islas Salomón. Pero los contratiempos empiezan pronto y como es normal, en aquellas circunstancias, los navíos empiezas a desaparecer. El primero fue el Santa Isabel.

En aquellas islas de Santa Cruz se funda una colonia, pero pronto Mendaña, que ha enfermado de malaria, pierde el control de la situación y se produce un intento de rebelión. El 18 de octubre de 1595 fallece Álvaro Mendaña. Justo antes de morir, y ya que tenía cédula real para poder nombrar persona que quisiese, nombró a su esposa, Isabel Barreto, gobernadora en tierra y al hermano de ésta, Lorenzo Barreto, almirante de la expedición. Pero Lorenzo falleció a los pocos días e Isabel, que se destapa como una mujer fría y calculadora, con dotes de mando y apropiada para aquel escenario, se encargó de la expedición, como “adelantada del mar océano

Primera almirante de la armada:

En la Isla de Santa Cruz, la realidad es insostenible e Isabel decide poner rumbo hacía las Filipinas, perdiéndose por el camino la San Felipe y la Santa Catalina. Según los cronistas e investigadores Isabel se destapa como una mujer ambiciosa, despótica y casi inhumana, normal en la época y con los mismos rasgos que la mayoría de los capitanes de navío. Incluso no dudó en condenar a la horca a un marinero que se había opuesto a sus órdenes. Agallas, determinación y coraje. 

En aquella travesía, la joven Isabel manda una expedición que ha salido mal en medio del enorme océano Pacífico. Pero, a pesar de todo, de los fallecimientos, de los motines, de la pérdida de naves y de tenerlo todo en su contra, consigue dar la vuelta a la situación, fija el rumbo, llega a Manila y consigue volver a Lima. Toda una aventura de esta almirante de navío que, según los estudios, cubrió una distancia de más de 20000 kilómetros.

En Filipinas se casa de nuevo con el general Fernando de Castro, caballero de la orden de Santiago, y ambos organizan el viaje de vuelta hacia Acapulco. Isabel tenía propiedades y encomiendas que seguramente, administraría tras su regreso. Pero, en sus últimos años, no se ponen de acuerdo los investigadores pues unos mantienen que regresó a España para reclamar sus derechos sobre las Islas Salomón, falleciendo en su Galicia natal. Otros mantienen que falleció en Perú. Lo cierto es que Isabel Barreto, fue una mujer fascinante, transgresora, aventurera, con mano firme, que no le temblaba el pulso para tomar decisiones drásticas y capacitada para tomar el mando en situaciones de extrema necesidad. La primera almirante de la armada española y adelantada del mar océano. Toda una heroína. 

Portada de la novela “Serás reina del mundo” de Alexandra Lapierre.-

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