En 1957, 18 años antes de la anexión del Sáhara Occidental por parte de Rabat a consecuencia de la Marcha Verde en noviembre de 1975, España libró con Marruecos su última guerra en Ifni-Sáhara, un conflicto que fue silenciado entonces por el régimen franquista en España y que está prácticamente olvidado ahora que resurgen de nuevo las amenazas de Marruecos con un operativo que recuerda a aquella marcha y que tiene antecedentes.
Mucho antes de la agonía de Franco en 1975, la Guerra del Ifni-Sáhara acabó con la presencia española en Cabo Juby y la reducción del territorio en el Ifni a su capital Sidi y los alrededores. El último conflicto armado de envergadura que libró España involucró en 1957 varias operaciones para defenderse de un ataque del llamado Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Ben Hammçu, teóricamente independiente del Ejército marroquí y, cómo no, orquestado y dirigido por las fuerzas armadas marroquíes y el entonces rey Mohammed V. Algo que suena familiar ahora que 5.000 migrantes han rebasado la frontera de Marruecos con España en Ceuta como consecuencia de la permisividad de Rabat. Sin embargo, entonces existía un contexto internacional distinto.
El último conflicto bélico de España fue en 1957 para defenderse de un ataque orquestado por Rabat
Así, a las 04:00 horas del 23 de noviembre de 1957 todas las comunicaciones telefónicas de los puestos del territorio del Ifni con la capital fueron cortadas y a las 05:40 se escucharon primeros disparos, tal como explican Carlos Canales y Miguel del Rey en su 'Breve historia de la Guerra del Ifni-Sáhara' (Nowtilus, 2010). "Una guerra que, oficialmente, jamás iba a existir había comenzado". No iba a existir porque los conflictos coloniales se iban a acallar en la medida de lo posible y eso a pesar de los intentos de la ONU por construir estados pacíficos.....
LISTOS, PARA SALIR A - IFNI - DESDE ALCANTARILLA CON LOS JU52 .-
Cuando el escritor y periodista Arthur Koestler viajó a Palestina durante la primera guerra árabe-israelí (1948-1949) definió el laberinto internacional y las matanzas en la que se había sumido el antiguo protectorado británico como "laboratorio diplomático". Koestler sintetizaba con brillantez un conflicto que era fruto en gran medida de un experimento político internacional que obviaba según su criterio las leyes de la Historia. Los estados, los reinos, los imperios surgen de las invasiones, de las guerras y las conquistas y cualquier intento de fabricarlo en una especie de cubeta estaba destinado a fracasar. Lo contó en 1945 en su obra ‘Promise and Fulfilment’, exactamente cuando comenzaba la turbulenta descolonización de África que había impuesto la ONU.
Como el resto de potencias europeas, España se vio entonces, en 1957, arrastrada por el torbellino primero, negando la condición de colonias a territorios que se consideraron provincias para esquivar el mandato internacional y por la debacle después: el 'laboratorio diplomático' de Franco. Fruto de aquella descolonización en falso en el denominado Sáhara español persiste un conflicto internacional que se ha recrudecido en los últimos meses entre los saharauis del Frente Polisario contra Marruecos, el país que invadió el territorio con la salida en falso de España, que accedió a las pretensiones del vecino.
Descolonización en falso
La ONU no aceptó nunca el acuerdo y considera aún hoy a España como el estado responsable del Sáhara ya que jamás llevó a cabo el proceso de descolonización, de independencia, dejando que fuera Marruecos quien invadiera la región. Es una vieja historia que incluso en el caso del Sáhara ha tenido varios episodios, anteriores a la archiconocida Marcha Verde de 1975. Entre el 23 de noviembre de 1957 y el 30 de junio de 1958, la guerra del Ifni se convirtió en uno de esos conflictos —como el de EEUU en Vietnam— en los que ninguno de los contendientes se declara nunca la guerra, ni tampoco la paz.
En el ataque marroquí en el enclave del África Occidental Española el problema no estaba en la capital Sidi Ifni, sino en las localidades del interior que el Ejército de Bn Hammú ocupó con rapidez a pesar de la resistencia española. El Ejército español se tuvo que replegar hasta la capital que fue asediada. El Ejército de Liberación auspiciado por Marruecos sabía que no podía ocupar el África Occidental Española, pero fue un cálculo para forzar hasta dónde podía España recuperar en una operación costosísima y sin levantar la liebre de una guerra que nadie quería comunicar.
El territorio en manos españolas no era más que una ratonera defendida por unas tropas exiguas
En el régimen franquista estaba la evidencia de que se encontraba en una guerra que tapaba con un oprobioso silencio ya que trataba por todos los medios de que no se diese a conocer lo que ocurría en Ifni y Sáhara. Cuando se comunicaron las brillantes operaciones de rescate, la realidad es que "en noviembre y diciembre de 1957 el territorio en manos españolas no era más que una auténtica ratonera en la que unos pocos miles de hombres defendían un exiguo perímetro en torno a la capital y que en el Sáhara, se había abandonado el interior y sólo se controlaban enclaves en la costa".
Apagón informativo
Como suele ocurrir en esos casos, al final sencillamente acabó en una especie de tablas, tras los acuerdos de Cintra: España mantuvo el Sáhara Occidental —que también amenazaron las tropas marroquíes— y perdió en cambio Cabo Juby y gran parte de la provincia del Ifni, al sur de Marruecos, enfrente prácticamente de las islas Canarias. Mientras, en España no se contó prácticamente nada de las operaciones militares: tuvieron éxito con su apagón informativo porque incluso hoy sigue siendo un conflicto desconocido que algunos historiadores y excombatientes han querido paliar en las últimas décadas.
Después del repliege español en el Ifni, quedó su capital Sidi-Ifni asediada de nuevo en 1969
Después del repliegue español en el Ifni, el territorio quedó reducido a su capital Sidi-Ifni en un contexto de política internacional de la ONU desfavorable para las colonias europeas. Así, España se resistía a la ONU y Marruecos reclamaba como propios territorios que no poseía. Finalmente, tuvo que ceder lo que quedaba de la última provincia española de Sidi-Ifni en 1969 a cambio de un convenio que confería a la flota pesquera española grandes ventajas.
En el siglo pasado el cinismo diplomático de Hassan II de cara al régimen franquista, que enarboló en siempre una sobreactuada “amistad” con los países árabes dictada directamente por Franco desde El Pardo, tenía una débil justificación en el marco de la descolonización de 1969, pero era en definitiva un acto de agresión en toda regla sobre unos territorios que España no reconocía como soberanía de Marruecos. Fue al final inútil.
Del Sáhara a Guinea
A partir de ese momento y con la constatación de la independencia de Guinea Ecuatorial el año anterior —que sí se llevó según los cauces de la ONU aunque acabara en menos de medio año en desastre—, el laboratorio diplomático de Franco se vio obligado a cambiar de estrategia una vez que sus apoyos y pretensiones de provincializar sus colonias se mostraron inútiles ante la presión internacional que ejercía con mano firme EEUU. Mientras tanto, desde la guerra del Ifni, los saharauis, el pueblo originario del territorio, habían comprendido que Marruecos los invadiría si España o la ONU no garantizaban el proceso de independencia como al final ocurrió.
El rey alauita tuvo que desdecirse, renunciando a la “gibraltarización” de las dos ciudades españolas
En aquella ocasión, como es bien sabido, el rey Hassan II aprovechó la enfermedad y agonía tanto de Franco como del propio régimen para imponer su anexión del Sáhara Occidental. España, con Juan Carlos I como jefe del Estado interino, solventó la situación con una solución de compromiso: salvaguardar el honor del Ejército impidiendo que la marcha rebasase la línea marcada por Madrid y, sobre todo, conseguir respeto internacional renunciando al territorio solo a cambio de una solución política de independencia para el pueblo saharaui, tal y como aún sigue establecido en la ONU.
Con el Sáhara y a partir de la muerte de Franco, el desmoronamiento del régimen y la Transición, Hassan II se volcó en una ofensiva internacional para reclamar Ceuta y Melilla como territorios marroquíes comparándolos con la histórica demanda española de Gibraltar.
Desde el principio tenía nulos visos de prosperar y el propio rey alauita tuvo que desdecirse, renunciando a la “gibraltarización” de las dos ciudades españolas. Tanto Ceuta como Melilla pertenecían a la corona española desde el siglo XV, habían permanecido como territorio español sin interrupción hasta ese momento con fronteras bien definidas y antes incluso de que existiera el sultanato de Marruecos y el nuevo estado marroquí.??????.......
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire