Tercios españoles en la batalla de Rocroi.

Tercios españoles en la batalla de Rocroi. Ferrer-Dalmau

HISTORIA EN 1565

La indomable resistencia de los Tercios en Malta: 500 españoles doblegaron a miles de turcos.-

Durante 30 días fueron capaces de detener el avance de una cantidad ingente de otomanos en el fuerte de San Telmo.

29 marzo, 2021 02:16

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Para el control de un enorme imperio como lo era el español en tiempos de Carlos V, Felipe II Felipe III, la Monarquía Hispánica requería de una unidad militar eficaz que llevara el nombre del rey a cada rincón de sus dominios. Los Tercios españoles eran conocidos por su resistencia y valentía en el campo de batalla y en varias ocasiones se les ha comparado con la falange macedonia o la legión romana.

Con la intención de eliminar cualquier resquicio de esa leyenda negra que pulula en el imaginario español en relación con estos militares, a los que se les califica desde la historiografía anglosajona y holandesa de saqueadores y viles asesinos, el escritor Hugo A. Cañete publica de la mano de Ediciones Salamina Los Tercios en combate. Acciones y batallas de la mejor infantería del mundo. 

En esta profunda obra, el autor reúne a través de fuentes de la época los grandes hitos de los Tercios españoles desde su origen hasta su disolución en el año 1704 por parte de Felipe V, con quien se inició una nueva dinastía en España.

La marcha del Empel

La marcha del Empel.-

Para relatar estos episodios que reflejan sus proezas, el autor se ampara en una de las célebres frases del biógrafo e historiador francés del siglo XVI Pierre de Bourdeille: "Los españoles se han atribuido siempre la gloria de ser los mejores entre todas las naciones. Y no les falta base para tal opinión y confianza, porque a sus palabras les han acompañado los hechos".

De los acontecimientos que se desgranan en el libro, algunos son ampliamente conocidos, como la batalla de Lepanto -en la que resultó herido Miguel de Cervantes- o la campaña del duque de Alba en Países Bajos. Sin embargo, existen otras historias que han quedado en un segundo plano y que el autor investiga en su última publicación.

Asedio de San Telmo

En 1565, el Imperio otomano trató de invadir la isla de Malta -se habla de que reunieron a 30.000 hombres-, la cual se ubicaba estratégicamente al sur de Sicilia y cerca de la actual Libia y Túnez. La hegemonía sobre Malta implicaba tener el control de las rutas comerciales entre el mar Mediterráneo Occidental y el Oriental y su caída en manos musulmanas podía ser devastadora para la Europa cristiana.

Los turcos iniciaron una grandiosa ofensiva y el fuerte de San Telmo era indispensable para resistir en la isla. De esta forma, 500 soldados españoles de las dos compañías del Tercio Viejo de Sicilia resistieron a los constantes bombardeos de los otomanos.

Según indica en el libro A. Cañete, soportaban el frío de la noche y el calor del día a la vez que los turcos no detenían el fuego para hundir los ánimos de los españoles: "Los defensores siempre en sus puestos, durmiendo, comiendo y haciendo allí las demás necesidades humanas; siempre alerta". Tal y como le hicieron llegar al Gran Maestre de la Orden de Malta en una misiva, "aquello era un morir muy evidente".

Los turcos comenzaban a impacientarse, puesto que su táctica de no dar descanso a los españoles no estaba teniendo ningún efecto. Llegaron noticias de que estos últimos tenían la determinación de "resistir hasta el final". Los asaltos mermaban a los Tercios, quienes seguían firmes en su posición. "Los turcos no dejaron de batir los puestos del fuerte con la artillería y de provocar continuas alarmas durante la amdrugada con la intención de agotar más, si cabe, a los supervivientes", apunta el escritor.

Huida de los turcos en el sitio de Malta.

Huida de los turcos en el sitio de Malta.

Pese a la superioridad musulmana, los españoles combatieron hasta que cayó el último hombre. La conquista de San Telmo debía haberse producido en pocos días para satisfacer los planes de conquista otomanos. Los españoles habían aguantado 30 días. El combate había dejado 6.000 muertos turcos, y los ánimos de los invasores estaban por los suelos. "¡Oh, Alá! Si el hijo pequeño nos ha costado tanto, qué precio tendremos que pagar por semejante padre", se lamentaban.

En cuanto a los Tercios, las compañías de Sicilia habían sido aniquiladas en San Telmo y tan solo sobrevivieron unos pocos heridos que habían sido evacuados las jornadas anteriores y pocas decenas de hombres que habían logrado huir. Muchos de ellos caerían en las batallas siguientes, ya que los turcos no cesaron el ataque al resto de posiciones.

Aquella pequeña victoria turca fue a efectos prácticos una derrota, puesto que la resistencia española permitió la inminente llegada de refuerzos cristianos. El Imperio otomano se vio obligado a retirarse de Malta.

El Camino Español

La valía de los Tercios españoles no solo se plasmaba en el campo de batalla. También protegían las fronteras allá donde reinaba Felipe II. Cruzar media Europa era toda una odisea repleta de peligros. El Imperio español no era contiguo, por lo que cualquier diplomático, ejército o comerciante debía pasar por tierras ajenas al reinado del hijo de Carlos V y eso resultaba aventurado. Asimismo, el canal de la Mancha estaba controlado por los ingleses y los franceses, por lo que Flandes quedaba en cierto modo aislado. ¿Cómo llegarían los soldados españoles para sofocar cualquier intento de rebelión?

De esta forma, se abrió un corredor militar que sería utilizado por primera vez por el Gran Duque de Alba dos años después del sitio de Malta. El duque iba acompañado de los Tercios viejos de Nápoles, Sicilia, Lombardía y Cerdeña y llegaron a Bruselas el 22 de agosto de 1567.

"Tuvieron que atravesar media Europa para poner la pica en Flandes, desafiando numerosas dificultades logísticas y diplomáticas", explica el escritor. "El corredor diseñado entre Milán y Flandes aquel verano de 1567 sería utilizado por las tropas españoles e italianas en su camino a los Países Bajos durante décadas, conformando uno de los prodigios logísticos más grandes de todos los tiempo, y recibió el nombre de Camino Español.

elipe V de España

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Felipe V de España
Rey de EspañaNápoles, Sicilia y Cerdeñaduque de Milán y soberano de los Países Bajos
Felipe V de España.jpg
Retrato de Felipe V, por Jean Ranc (c. 1723). Óleo sobre lienzo, 144 x 115 cmMuseo del Prado (Madrid).
Escudo de Felipe V de España Toisón y Espiritu Santo Leones de gules.svg
Rey de España
16 de noviembre de 1700-15 de enero de 1724
PredecesorCarlos II
SucesorLuis I
6 de septiembre de 1724-9 de julio de 1746
PredecesorLuis I
SucesorFernando VI
Información personal
TratamientoSu Católica Majestad
Otros títulosDuque de Anjou (1683-1700)
Nacimiento19 de diciembre de 1683
Palacio de Versalles
VersallesFrancia
Fallecimiento9 de julio de 1746 (62 años)
Palacio del Buen Retiro
MadridEspaña
EntierroPalacio Real de La Granja de San Ildefonso
ReligiónCatólica
Familia
Casa realBorbón
PadreLuis de Francia
MadreMaría Ana de Baviera
Consorte
DescendenciaVéase Matrimonios e hijos
Carrera militar
Conflictos

FirmaFirma de Felipe V de España
Escudo de Felipe V de España Toisón y Espiritu Santo Leones de gules.svg
Escudo de Felipe V de España

Felipe V de España, llamado «el ANIMOSO » (VersallesFrancia, 19 de diciembre de 1683-MadridEspaña, 9 de julio de 1746), fue rey de España desde el 16 de noviembre de 1700 hasta su muerte en 1746, con una breve interrupción (comprendida entre el 16 de enero y el 5 de septiembre de 1724) por causa de la abdicación a favor de su hijo Luis I, fallecido prematuramente el 31 de agosto de 1724.

Como bisnieto de Felipe IV, fue el sucesor del último monarca de la Casa de Austria, su tío-abuelo Carlos II, por lo que se convirtió en el primer rey de la Casa de Borbón en España. Su reinado de 45 años y 3 días (partido, como ya se ha señalado, en dos periodos separados) es el más prolongado en la historia de la monarquía española.

Tras su llegada a Flandes, el duque trató de mantener el orden y acabar con cualquier atisbo de alzamiento, aprobando numerosas ejecuciones públicas y marchando a la guerra. La obra de Cañete también recupera el milagro de Empel, donde los Tercios derrotaron en condiciones adversas a la flota de los Países Bajos, la incursión de Corón o la toma de Kirchberg.

La unidad militar siguió existiendo hasta el siglo XVIII. En sus últimos años se hizo patente su declive, acompañado de la crisis dinástica que sufría la Corona. Finalmente, con el cambio de dinastía, Felipe V disolvió los Tercios españoles que tanto han marcado a la Historia Moderna de España. LOS INVASORES - NOS QUITARON TODO !!!


Historia.
14.07.1614.- BATALLA DEL CABO CELIDONIA, CUANDO 55 GALERAS TURCAS NO PUDIERON CONTRA 5 GALEONES ESPAÑOLES.
Recién nombrado Virrey de Nápoles en 1616, llegaba el III Duque de Osuna, Don Pedro Téllez de Girón, a dicha ciudad procedente de Sicilia. El pueblo le había preparado una gran bienvenida y le solicitaban “Justicia para nosotros y guerra al Turco”. Osuna les contestó desde la Tribuna: “Tendréis una y otra”
En seguida inició la construcción de cinco grandes galeones, recogiendo artillería y pertrechos con que ocuparlos, estimulando en gran medida el desarrollo del arsenal. Entró en campaña con su escuadra de vela al mando de Francisco de Ribera. Ésta estaba compuesta de los siguientes galeones: “Concepción”, capitana de 52 cañones; “Almirante”, de 34 cañones; “Carretina”, de 34 cañones; “San Juan Bautista” de 30; y el patache “Santiago” de 14 cañones.
Entre todas las naves se repartieron 1.000 mosqueteros españoles. La misión consistía en “llegar hasta el fondo del Mediterráneo”, buscar por cualquier parte a la Armada Turca y batirla ocasionándole todo el daño posible. Habiendo recalado la escuadra en las costas de Chipre y dejándose ver por Famagusta (Chipre) y otros puertos, puso Ribera proa hacia el Cabo Celidonia, (Península de Anatolia, al sur de la actual Turquía) donde estaba convencido que le estaría esperando el enemigo. Después de 3 días, el 14 de julio, se aproximaron a la escuadra española 55 galeras turcas en su formación habitual de media luna. Ribera apartó dos naves como reserva, uniendo las restantes proa con popa. Se inició el cañoneo a las cuatro de la mañana, durando hasta la puesta de sol, hora en que las naves turcas rompieron el contacto. Ocho galeras habían escorado, (inclinadas de costado) lo que indicaba haber sufrido daños bajo la línea de flotación. Ambas escuadras pasaron la noche con faroles encendidos sin perderse mutuamente de vista. Al día siguiente se arrimaron las galeras a tiro de mosquete y se decidieron a abordar, atacando dos grupos a la capitana y a la “Almiranta”, siendo rodeada la capitana hasta por cinco galeras, pero al sufrir el fuego directo de los navíos españoles fue tan grande el estrago, que se separaron y huyeron. Igual que la noche anterior, se contaron otras diez galeras muy averiadas en las que los turcos trabajaban tapando agujeros. El tercer día, con intervalos de descanso, continuó el combate. Un par de veces intentaron los turcos el abordaje sin conseguirlo. Finalmente los turcos reconociéndose vencidos y los restos de la escuadra abandonaron el lugar de la batalla. El resultado de la misma fue: una galera hundida, dos desarboladas y diecisiete galeras con averías graves. El Combate de Celidonia tuvo gran resonancia y sirvió de enseñanza a muchas Marinas. Las versiones difieren, habiendo quien dice que fueron 5 las galeras hundidas y 2 más voladas. También se dice, quizá exageradamente, que de los 12.000 componentes de la flota turca, se dio muerte a 1200 genízaros y a 2000 marineros. Por parte de la escuadra española hubo 34 muertos, 93 heridos graves y muchos heridos leves por astilla de madera. Tras la victoria, se dirigieron a Candía (actual Heraclion en Creta)para reparar y proveer todo lo necesario, y después pusieron proa a Nápoles, donde les esperaba Osuna, que repartió premios entre sus subordinados, concediéndole el Rey a Ribera el hábito de la Orden de Santiago y el título de Almirante. Habían librado a las costas cristianas de un gravísimo conflicto y habían cortado una vez más las alas del turco. Con posterioridad, los cinco galeones fueron llamados “Las Cinco Llagas” y patrullaron por las costas turcas y griegas durante cinco meses sin ser siquiera molestados.
12 de Octubre de ese mismo año, El duque de Osuna envió al almirante Octavio de Aragón al mando de nueve galeones ha Constantinopla. Partió este desde el puerto de Nápoles y tras varios días de travesía y avistar la ciudad, espero la llegada de la noche, mando entonces cañonear Constantinopla con acierto notable. Tras ellos salieron 30 galeras turcas, pero los galeones españoles más rápidas y apagando los faroles, despistaron los otomanos.
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Albert Vonturm